martes, 26 de enero de 2010

LA AUDIENCIA ¿CULPABLE O INOCENTE?

Odil Beato Hernández

COM-358
22-01-2010
Mercedes Muñoz



2006-2075


LA AUDIENCIA
¿Alguna vez te has detenido a pensar en que momento te conviertes en audiencia? Lo más probable es que no, pues aparenta un caso ampliamente teórico como para preocuparse tan siquiera por saber que compone una audiencia, mucho menos por saber si este termino se puede singularizar en razón de si se refiere a un grupo de espectadores o público. Es que, audiencia nos refiere a los tribunales, se hace de terreno respetado sobretodo por los profesionales del área de la comunicación asumiendo que el espacio de la comunicación social sea coronel entre coroneles. Tal ocurre con otras pronunciaciones como cuando hablamos de medios masivos ya que su traducción desglosada por la lógica nos refiere que estos cubren un 50% por llevarlo a la alusiva mitad. También existen en nuestra lengua de carrera definiciones que suenan como expresión vulgar, por ejemplo, al hablar de multitud nunca se piensa en secuencia moderada, más bien entendemos que se trata de un meeting político, huelga o cualquier otro tipo de protesta. Diría que el público, que también es llamado mercado, se define por su tipo de composición en virtud de los intereses que estos persigan o cuanto permitan que terceros influyan en ellos.

Somos audiencia desde el mismo momento en que adquirimos conocimiento porque generalmente quedamos expuestos a sus amplias redes aunque sea por accidente, por citar situaciones susceptibles a nuestras acciones y de las cuales no se salvan ni sordos, ni ciegos, ni mudos. Cuando sencillamente tomamos un transporte urbano para dirigirnos al trabajo o al colegio y en la emisora se esta sintonizando algún programa, en otro caso, al hacer la obligada parada del semáforo los canillitas nos pecan de audiencia al leer el titular de la prensa y ese es justo el momento donde nos convertimos en un tipo de audiencia, pero no la que los productores están buscando. El mercado compite por la audiencia, nada sobrevive sin ella, por ende este se siente intensamente provocado a conocer acerca de los factores que nos mueven, ya que evidentemente la audiencia sabe criticar y crear opiniones. De manera que, su principal objetivo debe ser transmitir un mensaje pulcramente efectivo, porque lo que comunicamos es lo que el consumidor entiende tomando siempre en cuenta la demarcación geográfica y los recursos con que contamos. La audiencia es un campo abierto de análisis y estudios puntualmente a conveniencia de algún sector de la comunicación y por ende, del mercado Empero existen mecanismo fantasmas de autocontrol para garantizar la comunicación comercial sin violentar los derechos del consumidor, pero se necesita realizar un amplio análisis de la existencia de esta entidad y de su función en la República Dominicana.

Enfocándonos desde otro ángulo de la misma raíz en cuestión, podemos situarnos en el aspecto más elocuente de la apertura mental con que planteamos un término de antiguas discusiones por pinchar la lógica que define los contradictorios medios masivos. No se necesita de mucho estudio para admitir la barbaridad de esta pronunciación que se le atribuye a “los hijos de machepa” como una mala traducción del latín, lo cual ha generado el empleo de Medios masivos de comunicación como un superhéroe o pacho para tapar el anciano error. Entiendo que por esa misma causa ha sido preferible justificar el uso del término masa como referente a mucho-cantidad que al parecer es menos difícil que implementar otro calificativo. Y es que la comunicación es una carrera relativamente joven, de manera que, esta expuesta a constantes cambios de perfeccionamiento por su evidente rol en la sociedad,

Pero en su ansiedad por establecer definiciones descriptivamente precisas se han implementado algunos términos para clasificar los diferentes blancos de caza con un arma aparentemente invisible y con más de dos filos. Cuando mencionamos multitudes, públicos, grupos y mercados, nos referimos a diferentes tipos de audiencias, porque he llegado a la conclusión de que se puede ser audiencia sin la necesidad de se multitud y así sucesivamente, porque culpables o inocentes somos audiencia. Sin embargo, el termino con el cual se describa un tipo de audiencia te explica de que o quienes se trata. En el caso de la multitud es sumamente variable y por lo regular estas casi siempre están involucradas en hechos de desorden que aunque no sean de desorden terminan en esto. Si mencionamos masa, dependiendo de los autores a que el receptor haya acudido, se puede ofender, corregir o hasta ignorar, puesto que su uso se considera como una manera peyorativa de referirse a la muchedumbre formada por las clases populares, incultas y pobres. Pero como paño de agua tibia J.B Tompson aclara que este término es engañoso ya que conjura la imagen de una basta audiencia de miles y millones de sujetos. El público es una audiencia activa, interactiva y autónoma basada en algún interés. El mercado es definitivamente, un asunto de intereses económicos.

La audiencia es culpable o inocente dependiendo de las circunstancias en las cuales esta nos arrastre a lo bueno o a lo malo. Las preocupaciones por la evolución perfeccionista de los términos que rodean nuestra carrera es un estimulo a seguir analizando profundamente los conceptos alusivos a la audiencia que se nutre de nuestro trabajo, ya que nada estará establecido mientras existan personas creativas y ambiciosas de la perfección, no importa que tan lejos estemos de ella, lo importante es seguir persiguiéndola con la esperanza de alcanzarla.

4 comentarios:

Annabelle Viñas dijo...

Todos somos audiencia, ya que siempre estamos expuestos a los medios. Pero hay que tomar muy en cuenta que somos diferentes tipos de audiencia, como lo has planteado en tu ensayo.
Muy bueno ;)

Annabelle Viñas

Gabriela dijo...

Hey! no sabía que escribías así! mi gustaron muchas terminologías con caracter de sinonimia. Pero hay algo que no entiendo, la audiencia es culpable o inocente? dependiendo de...? No entiendo. Yo diría que la audiencia tiene potestad de evitar algun daño si nos enfocamos en que el mercado mediático quiere "sacarle el juguito" a todos los que terminan siendo parte de la audiencia del mismo consciente o accidentalmente. Lo discutiremos en clases, me aclaras allá la duda. XOXO

Fania Marte dijo...

Me gusta mucho cuando demuestras con los ejemplos cotidianos que todos somos audiencia, y es que como su definicion lo dice aunque el mensaje no vaya dirigido a nosotras, si por accidente nos llega, nos convertimos en audiencia.

Anónimo dijo...

Que buen ensayo Odil. Entraste en la tematica sin rodeos y con tu articulo se puede ampliar mas nuestro lexico. No cabe dudas que estas trabajando en los medios, pero las audiencias no se pueden catalogar de culpables.

Brunilda Contreras